Casa, !hasta luego! No puedo decirte cuándo volveremos: mañana o no mañana, tarde o mucho más tarde.
Un viaje más, pero esta vez yo quiero decirte cuánto amamos tu corazón de piedra: qué generosa eres con tu fuego ferviente en la cocina y tu techo en que cae desgranada la lluvia como si resbalara la música del cielo!
Ahora cerramos tus ventanas y una opresiva noche prematura dejamos instalada en las habitaciones.
Oscurecida te quedas viviendo, mientras el tiempo te recorre y la humedad gasta poco a poco tu alma.
A veces una rata roe, levantan los papeles un murmullo ahogado, un insecto perdido se golpea ciego, contra los muros, y cuando llueve en la soledad tal vez una gotera suena con voz humana, como si allí estuviera alguien llorando.
Sólo la sombra sabe los secretos de las casas cerradas, sólo el viento rechazado y en el techo la luna que florece.
Ahora, hasta luego, ventana, puerta, fuego, agua que hierve, muro! Hasta luego, hasta luego, cocina, hasta cuando volvamos y el reloj sobre la puerta otra vez continúe palpitando con su viejo corazón y sus dos flechas inútiles clavadas en el tiempo.
2 comments:
Oda a la casa abandonada
Casa, !hasta luego!
No puedo decirte cuándo volveremos:
mañana o no mañana, tarde o mucho más tarde.
Un viaje más, pero esta vez yo quiero decirte cuánto
amamos tu corazón de piedra: qué generosa eres
con tu fuego ferviente en la cocina
y tu techo en que cae desgranada la lluvia
como si resbalara la música del cielo!
Ahora cerramos tus ventanas
y una opresiva noche prematura
dejamos instalada en las habitaciones.
Oscurecida te quedas viviendo,
mientras el tiempo te recorre
y la humedad gasta poco a poco tu alma.
A veces una rata roe, levantan los papeles
un murmullo ahogado,
un insecto perdido se golpea ciego, contra los muros,
y cuando llueve en la soledad
tal vez una gotera suena con voz humana,
como si allí estuviera alguien llorando.
Sólo la sombra sabe los secretos
de las casas cerradas, sólo
el viento rechazado y en el techo la luna que florece.
Ahora, hasta luego, ventana, puerta, fuego, agua que hierve, muro!
Hasta luego, hasta luego, cocina, hasta cuando volvamos
y el reloj sobre la puerta otra vez continúe palpitando
con su viejo corazón y sus dos
flechas inútiles clavadas en el tiempo.
Obrigado pelo poema.
Gosto muito da poesia do Pablo Neruda :)
Post a Comment